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viernes, 1 de septiembre de 2017

¿Cuánto vale tu voto?


En unos días más dará inicio el proceso electoral del 2018, aún faltan varios meses para que llegue el 1ro. de julio del 2018, día en que será la votación, pero ya se percibe un fuerte ambiente electoral, la contienda inicia con las selección de candidatos, ya sea por medio de los partidos políticos o de manera independiente. Definidos los candidatos empezarán las campañas en las que todos los candidatos se lanzarán a la caza de tu voto, te harán innumerables promesas, te ofrecerán resolver todos los problemas de tu calle, colonia o de la comunidad, algunos se atreverán a ofrecerte apoyos económicos o en especie, con tal de que votes por ellos. Sin duda lo más preciado para cualquier candidato en épocas electorales es tu voto, por eso, es importante saber ¿Por qué es tan valioso el voto?
Para empezar es importante saber que el voto es un derecho ciudadano, se establece en el artículo 35 de nuestra Constitución, este derecho se ganó gracias al sacrificio de los mexicanos que lucharon en la Guerra de Independencia contra la monarquía española, en esa gesta heroica se perdieron muchas vidas, con esa lucha, nuestros antepasados nos heredaron una nación independiente, y también el derecho a elegir a nuestros gobernantes, es decir el de derecho de votar y ser votados, ya que en la época de la Colonia de la Nueva España, el rey era el que ponía a los que gobernaban en nuestro territorio.
El derecho de votar, al igual que el resto de los derechos humanos reconocidos en nuestra Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano es parte, reviste ciertas características, de las que mencionaré algunas de ellas: a) Es incondicional, no está sujeto a condición alguna. Nadie te puede condicionar que si no votas por determinado candidato o partido, o que te digan que te van a quitar o a limitar algún beneficio o derecho; b) Es inalienable. Es un derecho que no se puede vender o cambiar por dinero a alguna mercancía (un bulto de cemento, un borregos o una despensa); c) Es irrenunciable. Nadie te puede obligar a renunciar a tu derecho de votar, por lo que en cada elección se destinan las boletas electorales para que todos los ciudadanos inscritos en el listado nominal puedan ejercer su derecho de votar.
En nuestro sistema electoral el voto es universal, lo que quiere decir que, vale lo mismo el voto de un campesino, de una maestra, de un profesionista, de un obrero o de un empresario, de una ama de casa, vale por igual para cualquier mexicano o mexicana inscrito en el listado nominal.
Para saber un poco más sobre el valor del voto es importante revisar un poco nuestra historia patria. Ya mencione que fue un derecho ganado en la Independencia. En la Constitución de 1857 se estableció el derecho al voto universal para ciudadanos hombres, sin embargo el voto universal tuvo sus críticos, esto lo podemos corroborar en la edición publicada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el Diario de Debates del Congreso Constituyente de 1916-17, en el comentario que el editor hace sobre el artículo 35, se menciona: “Al abordar las “prerrogativas del ciudadano”, ciertamente era previsible que en relación al sufragio se tuviera que hacer definiciones en torno a dos temas: restringir o no el derecho de votar a aquellos que tuvieran un mínimo de nivel de educación; y la cuestión del sufragio femenino.. Veamos primero lo relativo al voto universal masculino. A finales del porfiriato una de las principales críticas al sistema establecido en la Constitución de 1857 era la  de que el sufragio universal de los ciudadanos varones permitía la manipulación y el fraude electoral. En su discurso del 1º. de diciembre de 1916, (en la presentación del Proyecto de reformas a la Constitución de 1857 al Congreso Constituyente) Carranza dio por válida esta crítica y explicó la imposibilidad de que la revolución constitucionalista diera marcha atrás… En su discurso Carranza defiende el voto universal, menciona que: la revolución de Ayutla (la revolución que precede a la Constitución de 1857) fue  hecha por las clases inferiores, por los ignorantes y los oprimidos, la Constitución de 1857, que fue su resultado, no pudo racionalmente dejar de conceder a todos, sin distinción, el derecho de sufragio, ya que habría sido una inconsecuencia negar al pueblo todas las ventajas de su triunfo… Más adelante Carranza menciona: La revolución que me ha cabido en suerte dirigir, ha tenido también por objeto destruir la dictadura militar, desentrañando por completo sus raíces, y dar a la nación todas las condiciones de vida necesarias para su desarrollo; y como han sido las clases ignorantes las que más han sufrido , porque son ellas sobre las que han pesado con toda su rudeza el despotismo cruel y la explotación insaciable, sería, ya no diré una simple inconsecuencia, sino un engaño imperdonable, quitarles hoy lo que tenían anteriormente conquistado. El gobierno de mi cargo considera, por tanto, que sería impolítico e inoportuno en estos momentos, después de una gran revolución popular, restringir el sufragio, exigiendo para otorgarla la única condición que racionalmente pueda pedirse, la cual es que todos los ciudadanos tengan la instrucción primaria bastante para que conozcan la importancia de la función electoral y puedan desempeñarla en condiciones fructuosas para la sociedad….
Por lo que vemos en estos pasajes de nuestra historia referidos en el Diario de Debates del Congreso Constituyente de Querétaro, el voto universal es un derecho ganado en dos revoluciones, en ambas se perdieron muchas vidas para que hoy gocemos de ese derecho, es muy alto el precio que nuestros antepasados pagaron para que hoy gocemos del derecho de votar.
Con lo anterior, podemos concluir que el voto no tiene un precio económico, pues tiene un valor superior. El precio fue pagado por los que lucharon en la Independencia, en la Revolución de Ayutla o en la Revolución de 1910 y en otras tantas luchas que ha desarrollado nuestro pueblo mexicano para que hoy gocemos de todos los derechos que se establecen en nuestra Constitución. Por ello, ofenden a la Patria, aquellos que pretendan ofrecerte una dádiva, un bulto de cemento, una caja de loseta de piso, un chivo, una vaca o cualquier cosa por tu voto. Ofenden a los que derramaron su sangre para que hoy tengamos el derecho de votar libremente, sin coacción, sin amenaza, pero también sin engaño.
Moisés Panecatl Barrera
Ciudadano texmeluquense

moisespanecatl@hotmail.com

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